miércoles, 22 de marzo de 2017

LAS ESTRELLAS Y LA RANA - Fábula




“LAS ESTRELLAS Y LA RANA”  Fábula


Hace muchos años, cuando los glaciares se extendían más allá del casquete polar, los animales eran los únicos habitantes que corrían libres en la inmensidad de aquellas selvas, montañas, mares y llanuras. El agua de los ríos corría fresca y cristalina por sus cursos y la naturaleza prodigaba frutas, flores y semillas abundantes, ofreciendo gran variedad de alimentos a una fauna diversa y feliz. En ese contexto pacífico, se reunían para conocerse y conversar animadamente y en ocasiones las mismas terminaban con bailes y canciones. Organizaban encuentros al que concurrían todas las especies del lugar y donde los más viejos relataban leyendas que les habían sido contadas a su vez, -como una herencia- por sus mayores. Los jóvenes seguían esas historias con mucha atención, porque les despertaba curiosidad y al mismo tiempo les permitía adquirir conocimientos. Solían amenizar los encuentros, efectuando movimientos cadenciosos, al son de ritmos que ellos mismos generaban. Golpeaban con sus patas en el piso o sobre troncos huecos y arrancaban arpegios de los mismos maderos con sus garras o picos.
Hablaban un idioma universal y el hombre estaba en una etapa en la que aún no se había desarrollado ni alcanzado su actual dimensión.

En cierta oportunidad, los animales se encontraban en un paraje de la selva formando un gran círculo en torno de un viejo elefante. El “gran maestro”, como lo llamaban todos, se hallaba recostado sobre un enorme tronco, respondiendo preguntas que realizaban los presentes. El león más viejo organizaba y moderaba las charlas y se encargaba de llamar a toda la fauna con unos potentes rugidos, que cruzaban la selva de una punta a la otra.
Habían sido convocados para conocer: ¿Cómo y cuando se formaron las estrellas?          
El entorno estaba cubierto de una pluralidad animal inestimable. Mientras, iban llegando algunos rezagados entre los que se encontraba un zorro, que traía una espina clavada en su pata derecha y que le impedía avanzar ligero, venía acompañado de una tortuga de tierra. Un topo de hermoso pelaje dorado llegó detrás de ellos, -se había extraviado  pues no vio las señales con que habían marcado el camino- y un papagayo muy colorido, que se quedó charlando con cuanto ser encontró en el viaje.
La ardilla, que  había viajado sobre el lomo de un reluciente caballo negro, cuando le llegó el turno de hablar, dio unos golpes con su larga cola sobre la grupa del equino, mientras preguntaba ansiosa:
- ¿Puede decirme maestro elefante, como era ese cielo sin estrellas? ¿Por qué no nos cuenta cómo se formaron?
Y el maestro “que todo lo sabía”, acomodó sus grandes patas en el suelo blando y mientras bamboleaba su pesado cuerpo, inició un golpeteo con sus orejas creando un sonido rítmico y con esa voz que tienen los elefantes, gruesa pero dulce, comenzó a contar melodiosamente lo siguiente:            
- Según el relato de mis abuelos, cuando Dios organizó el universo se propuso crear a los animales, poniendo a su alcance los elementos que le permitiesen adaptarlos a sus necesidades y de ese modo, obtener comida y refugio.
Estaba Dios en esos quehaceres, -faltándole aun crear las estrellas y otras cosas más-cuando sucedió esto que voy a contarles,... escuchen con mucha atención esta historia verdadera, que me llega de mis antepasados los mamuts.

En este momento se fueron incorporando otros animales a la reunión, saludando a amigos y a familiares presentes. A medida que se acomodaban en aquel escenario, iban sumando resonancias al fondo musical, intensificando el ritmo impuesto al comienzo por el elefante, quien ahora proseguía su relato:
- En aquellas noches interminables la luna alumbraba en absoluta soledad, el cielo nocturno era un manto negro sobre el oscuro desierto. El sol no tenía la energía que tiene hoy, por lo que las noches eran largas, muy largas y muy frías.
Todo pasaba de modo natural para aquellos habitantes noctámbulos, hasta que una noche comenzaron a distinguir que cientos, miles de luces, se elevaban desde la tierra hacia el cielo y a medida que volaban y se dispersaban, iban quedando encendidas.
En ese camino aéreo, el resplandor titilante fue iluminando sobre la región, una huella por donde corrían algunos animales, entusiasmados con aquella luz tan mágica.
- ¿Qué es lo que está pasando, de donde sale ese resplandor?, preguntó a un avestruz, un asno ignorante que corría entre los pastizales y el borrico por mirar hacia arriba, se llevó por delante unos palos en cruz, dando varias vueltas en su caída, pero sin sacar la vista del cielo.
- ¡Es atrás de la lomada!, dijo la lechuza en pleno vuelo. Un erizo, -asustado por lo que veía- se convirtió en una bola y comenzó a rodar por la pendiente, dejando sola a la hembra, quien seguía mirando al cielo. Un pequeño jabalí sorprendido por la intensa luz, trataba de seguir el recorrido de esa nube radiante, pero no quería dejar el gran tubérculo que estaba comiendo. El zorro gris embelesado por tanta belleza, comenzó a aullarle a la luna, como si quisiera advertirle de esa extraña presencia. Mientras tanto un ciervo viejo y obeso, pasó corriendo con mucho esfuerzo en dirección a la loma. Sobre la rama de un árbol, una mona reía dando saltos de contenta por el suceso y señalaba al cielo con sus manos extendidas. Pasado ese primer momento de asombro y desconcierto, todos los animales corrían ansiosos guiados por el fulgor. La laguna era un esplendor por tanta fauna agrupada y la verdad revelada llenó a todos de estupor,... Ahora el gran maestro hace una breve pausa y prosigue el relato.
- ...Una hermosa rana de piel fulgente, -muy enamorada de la luna- fue depositando en las diáfanas aguas de la laguna, una enorme cantidad de espuma blanquecina en forma de anillos, ¡resplandecientes de brillo! Y esos aros a su vez, creaban espirales de luz pura que se superponían y entrecruzaban, aumentando el tamaño hasta dimensiones incalculables. ¡Luego se produjo otro fenómeno! El helado viento norte que cruzaba la laguna, comenzó a formar nubes de espirales y en sus giros constantes originaban intenso calor, desparramando franjas estelares de brillo multicolor por la amplia bóveda negra. ¡Era un espectáculo maravilloso, algo nunca visto!

El silencio era de catacumbas, la emoción por el relato los había conmovido. El maestro elefante, con actitud solemne y para continuar la historia, acomodo nuevamente su garganta, carraspeo un par de veces y formuló en voz alta esta pregunta:
- ¿Qué embrujo tendría la espuma salida de esa rana, enamorada de la luna?
El elefante observó a la audiencia como esperando alguna respuesta, pero sin dar tiempo a intervención alguna, prosiguió diciendo con elocuencia y dulzura:
- Bien, según el argumento de esta historia verídica, la rana puso esos huevos sobre unas lajas blancas, relucientes. Esas piedras radiantes y la “magia” de la bruma, hicieron que la fortuna provocara aquel calor, elevando las brillantes luces y formando un largo corredor de estrellas hacia la luna, desarrollando de ese modo en el cielo, el universo estelar que conocemos.
El maestro estaba terminando de decir esto último, cuando el grotesco bostezo del hipopótamo lo interrumpió y luego de hacerle un gesto con su trompa para pedirle silencio, se dispuso a concluir el cuento de este modo:
- Es por eso, amigos, que en cuanto anochece  y apenas sale la luna, una diadema de espuma en forma de estrellas corona el cielo infinito, concluyendo de ese modo con la larga noche bruna. Por último, quiero decirles que si prestamos atención en esas noches estrelladas, habrán de escuchar como la rana llama reiteradamente a sus crías, con un infructuoso y dolorido croar.

Al finalizar el elefante su relato, los presentes felicitaron al “gran maestro”. La ardilla comenzó a aplaudir con su cola sobre el lomo del caballo, el papagayo de bellos colores, excitado por el relato, comenzó a volar en círculo por sobre los presentes al tiempo que repetía: ¡Viva, viva! ¡Viva el maestro!
El león anunciaba la continuación del tema sobre la creación del universo, a realizarse una vez pasadas las siguientes lluvias, que es la época en que crecen los pastos y las plantas reverdecen para luego darnos los sabrosos frutos, elementales para la alimentación y la vida.

PD. Esta historia viene de un tiempo muy remoto, cuando el hombre aún no había desarrollado su capacidad intelectual y “los animales eran los felices dueños de la tierra”.

 

 


 



jueves, 10 de julio de 2014

EL PAN Y SUS HISTORIAS

EL PAN Y SUS HISTORIAS
Relato en versos
Alberto “Pichi” Spinella




1.                   EL PAN DE TRIGO 

Dicen que de una semilla
que el viento echó a volar
y de modo muy singular
una huella le dio abrigo,
¡el hombre conoció el trigo
con que elaboró el pan!
6
Cuando maduró la planta
tomo su espiga dorada;
con dos piedras aplanadas
hizo del grano la harina.
¡El agua y la mezcla fina
le dio la dieta adecuada!
12
Harina tosca, molida 
por el hombre y su meollo,
comenzó su desarrollo
germinando la simiente,
¡de la aurora hasta el poniente 
se van haciendo los bollos! 
18
Agua, sal y levadura,
la harina como un volcán;
hacer los bollos de pan
y cuando están bien levados,
deberán llevarse al horno
donde serán cocinados.
24
Ese preciado alimento
muy pronto fue matizado,
sus formas de elaborado,
componentes y sabores,
variando hasta en los colores
pero siempre destacado.
30
Algunos tipos de masa
se preparan de este modo:
se amasa, -hasta con el codo-
¡hasta que se sienta tierno!
¡Y en la boca del infierno
verán como suelta todo!
36
Hoy la humanidad conoce
las bondades de ”la harina”,
deliciosas masas finas
dan realce a cualquier fiesta
y sobre la torta, enhiesta,
¡figuras de golosinas!
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2.                   VARIEDADES DE PAN

Un  sinfín de variedades
abundan en el mercado;
panes dulces y salados,
con fiambres y todo eso,
pan con cebolla o con queso,
los llaman “saborizados”.
6
Pan de centeno y de trigo
de tamaños muy variados; 
hay  redondos, alargados,
pan lacteado, milonguita,
los felipe, figacitas,
¡todos muy recomendados!
12
Pan galleta, súper flauta,
pan con grasa y chicharrones,
pan trenzado, con morrones
y vegetales diferentes.
¡Emparedados de pebete,
para las viejas sin dientes!
18
Pan criollo, pan casero,
pan de molde, en rodajas,
en toda comida encaja,
no hay variedad que desdiga.
¡En un lunch siempre se lucen
buenos sándwiches de miga!
24
Infinidad de formatos
y sabores, son horneados,
panes dulces o salados,
pan de pancho y hamburguesa.
Niños, lavarse las manos,
¡ya está el pan sobre la mesa!
30

           
3.                   EL PAN Y EL VINO

Pan mojado en vino tinto
comía siempre mi abuelo,
murió sin hallar consuelo
de regresar a su tierra...
¡Culpa de la puta guerra,
cambió el color de su cielo!
6
El pan con queso y con vino,
desde tiempos más oscuros.
¿El pan? Podría estar duro,
pero el queso, ¡bien picante!
El vino debe estar antes
y siempre beberse puro.
12
El hombre tomó un pan
y un buen pedazo de queso,
carnes, frutas, aderezo
y aplicando su buen tino,
cenó con bellas mujeres
bien regado de buen vino.
18
“La bebida de los pueblos”
desde los tiempos prístinos
y, acompañando a los vinos,
-al festejar un regreso-
¡hogazas de pan caliente
con una horma de queso!
24
El vino nos sabe a gloria
cuando hay motivos triunfales,
nos da  alegría a raudales
cuando un amigo regresa, 
pero cuando estamos solos,
¡solo nos sabe a tristeza!
30
Si uno se aturde bebiendo
en la soledad de una mesa,
nunca sabrá con certeza
cuál es el sabor del vino
y en ese triste camino
irá perdiendo entereza.
36
El pan calma el apetito
y te renueva esperanzas,
ya estando llena la panza
podes pensar con más tino.
¡Ahora sí, vengan amigos,
vamos a brindar con vino!
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4.                   EL PAN CON AMIGOS 
                           (Compañeros)

Comparte siempre tu pan,
comparte conocimientos,
el saber es el cimiento
para un mañana mejor.
¡Gire el mundo en derredor
de los buenos sentimientos!
6
Al compartir con amigos
ese vital nutrimento,
le agregamos elementos
que lo harán más gozador.
¡En torno de un asador
se viven buenos momentos!
12
Así nacieron camadas
forjando grupos señeros,
allí están, son los primeros,
los que comparten el pan,
¡orgullosos como están
de llamarse compañeros!
18
Nunca le niegues al hombre
ni el agua, ni la amistad;
con el pobre, ten piedad,
se noble con tus hermanos,
porque el pan que compartamos, 
lleva la paz de verdad.
24
Disfruta con tus amigos
los que comparten con vos;
el vino, un plato de arroz,
pan ácimo, -sin levadura-
¡el compartir asegura
estar bajo un mismo Dios!
30
Cuando el amigo precisa
de tu pan y de tu mano,
haz esfuerzos soberanos
para cumplir con honores,
él, pagará tus favores
considerándote hermano.
36
  

5.                   EL PAN EN LA INFANCIA

Apenas el sol se asoma
ya están los pibes despiertos,
ese es, justo el momento
de pasarla bien en casa.
¡A cocinar pan con grasa,
están los chicos hambrientos!
6
Manteca en el pan tostado
el desayuno más fiel,
con mermeladas o miel
mojado en “mate cocido”,
siempre fue el mejor abrigo
para el invierno más cruel.
12
Aromas de pan casero.
me recuerdan la niñez;
a mi madre y su preñez,
-de mi hermanita menor-
y entra en mi tanto candor
que hace olvidar mi vejez.
18
Zapatillas bien gastadas,
pantalón a la rodilla,
la camisa con trencillas,
una “gomera cruzada”
y en mis manos apretada,
¡media hogaza con tortilla!
24
Cuantas veces nos pasamos
con un “cacho de pan viejo”,
arrugando el entrecejo
con bronca disimulada,
¡mientras mamá nos miraba
de reojo, en el espejo!
30
Uno se pasa la vida
como ignorando el mal trato,
va aprendiendo rato a rato
a superar situaciones,
¡buscando entre aflicciones
encontrar momentos gratos!
36
En casa con cinco niños
el pan, nunca esta sobrando,
la pobre vieja observando
que no nos falte el puchero
y el viejo, -como el hornero-
¡se la pasa laburando!
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6.                   EL PAN Y LA FAMILIA

“Pan con pan, es cosa ‘e zonzo”
en el amor y en el juego,
no soy zonzo desde luego
por eso estoy donde estoy.
¡Pero el amor que yo doy
no va seguido de ruegos!
6
Al primer año ‘e casado:
“contigo pan y cebolla”,
luego hay que parar la olla
porque llegan los “gurises”
¡y si no hay para faisán
habrá que “cazar” perdices!
12
Hay que enseñarles  a los hijos
no tomar lo que les dan,
debe obtener siempre el pan
y el respeto de la gente.
¡Porque para ser buen hijo,
hay que ser hombre decente!
18
Con la familia reunida
alrededor de un fogón,
siempre es buena la ocasión
comer facturas con mate
y en esas tardes de invierno,
¡los churros con chocolate!
24
Es bueno en esas reuniones
hacer pan con levadura,
pizzas y algunas facturas
cocinadas al rescoldo
y no estar haciendo dietas:
¡masitas con te de boldo!
30
Hoy nuestros nietos se alegran
si almorzamos todos juntos,
en este verso barrunto,
no han de olvidar el consejo:
¡El pan que comparte un viejo,
son enseñanzas y punto!
42


7.                   EL PAN DE LOS POBRES

Pan con sal y con aceite,
pan con salame o con queso,
pan con cualquier aderezo
hace “la cena del pobre”.
¡Cuando uno no tiene un cobre,
le encuentra sabor a un hueso!
6
Al pan se le hace un hueco
y, -el relleno es infinito-
puede echarle un huevo frito
con panceta, o salamín
y si no hay ni pa’ piolín
el chicharrón es “bendito”.
12
Cortado el pan en rodajas
hay que ponerlo a tostar,
tomar un ajo y frotar,
-como dejando una estela-
más tomate y mozzarella,
¡éste sí que es un manjar!
18
Habiendo el hombre aprendido
a ganarse su sustento,
tiene pues, el alimento
con que sostiene a su cría.
¡El hombre siempre se guía,
por el sol, o por el viento!
24
Cuando el jornal es estrecho
todo pan se vuelve amargo,
el pobre entra en letargo
como el oso en el invierno.
¿Cómo salir del infierno,
si ninguno se hace cargo?
30


8.                   EL PAN EN EL REFRANERO

Dicen que, “a falta de pan,
resultan buenas las tortas”,
aunque si algo te importa;
“Diente filoso, a pan duro”,
 pero si hay que hacerla corta:
“Cuando hay hambre, no hay pan duro”.
6
¡Bueno como pan crujiente!,
reza un proverbio latino
y en nuestro suelo argentino
cuando la espera se extiende,
decimos estar entonces:
¡Como pan que no se vende!
12
 “Como galleta en el agua”,
-cuando estamos fastidiados-
y si estamos enojados
para no entrar en embrollos,
sentenciamos muy severos:
¡No está el horno para bollos!
18
Cita un refrán de España:
“Con vino añejo y pan tierno
puede pasarse el invierno”.
Y hablando de otras cuestiones
dicen que “quien no da migas,
no podrá tener amigas”.
24
Las noches se hacen más cortas
cuando se duerme de a dos;
¡pero nunca alces la voz
si la discusión no importa!
“Cuando falten las galletas,
pueden comerse las tortas”.
30
También debemos saber,
-como premisa de pobre-
“El pan, es bueno que sobre
y que la carne nos baste,
pero que en toda ocasión
el vino siempre nos falte”.
36
Con versos de Martín Fierro
el gaucho tuvo su nombre:
“Debe trabajar el hombre,
para ganarse su pan,
pues la miseria en su afán...”
José Hernández, un prohombre.
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9.                   EL PAN Y LAS DIETAS 

Al comenzar una dieta
debemos dejar las “p”,
comenzando como se ve
con los “postres y las pastas”.
Pero,… el pan en la canasta
porque es “Bendición de la Fe”.
6
El pan que es cuerpo de Cristo
no ha de faltar en la mesa
y al hacer la sobremesa
cuando quedare algún resto,
¡primero, hay que darle un beso
y después se arroja al cesto!
12
Pero volviendo a las dietas
vaya un consejo bien sano,
comparta con sus hermanos
todos los panes del mundo,
¡El alivio es tan profundo,
que lo hará sentir liviano!
18
Una dieta que resulta  
es el “pan del cucurucho”:
¡Comer poco y joder mucho!,
o esa otra, “meta pasta”:
¡Joder hasta decir basta!,
de las cuales poco escucho.
24
Otra dieta interesante,
-pocos médicos la dan-
hay que almorzar con champán,
lechón, huevos y algún fiambre
y aunque te mueras de hambre,
¡sobre tostadas de pan!
30


10.                EL PAN DE LOS RICOS

En la mesa de los ricos
el pan cumple otra función.
Es de buena educación
acompañar el bocado,
si moja el pan con fruición,
¡quedará el dedo mojado!
6
Trufas negras en vino dulce;
Salmón a la Bordelesa;
Lenguado a la Lyonesa
 o Ancas de rana al champan.
¿Comería usted tanto pan,
 si estuviera en esta mesa?
12
No quiero causar molestias
pero son cosas distintas, 
en la mesa variopinta
hay variedades de fiambres.
El rico tiene apetito,
¡los pobres tenemos hambre!
18

                   11.                EL PANADERO AMBULANTE          
                                               (Década del ‘50)

Por mi barrio repartía
con su carro el panadero,
un hombre alto, severo,
con unos bigotes gruesos,
siempre al irse de regreso
saludaba con esmero.
6
Un carro rojo, con techo,
de “La Panificadora”,
que llegaba a cualquier hora,
pero, seguro llegaba,
a veces al mediodía
y otras de madrugada.
12
Vendía unos panes grandes
que llamábamos “marroco”
y así fue como de a poco
a él, fuimos bautizando.
Al principio se enojaba,
pero se fue acostumbrando.
18
¡Marroco, llegó marroco!
Alguien gritaba al momento.
Su voz, de muy fuerte acento
se escuchaba desde lejos
y allá salían los viejos
a comprar ese elemento.
24
Llevaba mercadería
en los estantes del carro
y cuando andaba en el barro
siempre agarraba algún pozo,
pero gracias a su “moro”
de todos salía airoso.
30
¡Qué lindos tiempos aquellos,
un buen amigo aquel hombre!
Ya no me acuerdo su nombre,
mi homenaje por donde ande;
para él es mi recuerdo
y “aquellos panes tan grandes”.
36


12.                LA PANADERÍA DEL BARRIO

Estaba cerca de casa
allí nomas, a la vuelta,
un cartel sobre la puerta,
a su frente un paraíso
y el sol que reflejaba,
La Moderna”, sobre el piso.
6
Dibujada en la vidriera
unas espigas de trigo;
un gato buscando abrigo
sobre unas bolsas de harina
y el viento que hacía volar
las cintas de  la cortina.
12
A la izquierda un portón grande
y adentro, algunos tachos,
sobre un camión, un muchacho
de enorme musculatura,
con la faja en la cintura,
descarga leña e’ quebracho.
18
El patio todo emparrado
y en la cuadra, el entorno,
la masa esta sobre el torno
para el armado del pan
y en unas latas ya están
los que ingresan en el horno.
24
A mediados de diciembre
ya mi vieja me decía:
¡anda a la panadería,
y decile a don Ramón:
si por favor nos cocina
el veinticuatro ¡un lechón!
30
Cuando te venda la rifa
pedile “el cuarenta y ocho”,
también tráeme bizcochos
y medio kilo de galleta...
¡Que a fin de mes le pagamos,
que lo anote en la libreta!
36
El pan tenía ese olorcito,
¡tan especial de la leña!
Y esas tortas madrileñas
con nueces y mucha fruta,
cuando mamá la compraba
generaba una disputa.
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 ¡El domingo era una fiesta!
Todo el barrio alborotado,
venían de todos lados,
-algunos en bicicleta-
¡las vecinas más coquetas
para lucir sus peinados!
48
Me mandaban a comprar
con una bolsa colorada,
yo la llevaba enrollada
disimulando el mandado,
porque la piba de al lado
me sonreía arrobada.
54
Allí fue mi primera cita
a las diez de la mañana,
cometimos la macana
de tomarnos de la mano,
en el momento que entraba
la cuñada del hermano.
60
El idilio duro poco
pero ese amor no se olvida,
a lo largo de la vida
la nostalgia se hace eterna,
¿cómo te voy a olvidar?
¡Panadería La Moderna!
66
  
13.                LAS PANADERÍAS DE HOY

Hoy lucen más refinadas,
-con aire acondicionado-
bandejas por todos lados
con bocados exquisitos.
¡Prohibido ingresar con perros!
El único requisito.
6
Acrílico, metal, espejos,
luces modernas y suaves,
heladeras en las naves
y en todos los mostradores.
¡Débilmente se perciben
en el aire los olores!
12
Bellas niñas vendedoras
de uniformes coloridos,
parecen darle sentido
a ese marco especial
y de un horno “satelital”
salen panes requeridos.
18
Grandes hornos eléctricos
reemplazan los de antes,
se cargan en sus estantes
las latas con pan armado
y salen del otro lado
dorados y bien brillantes.
24
Algunas se especializan
en organizar reuniones, 
con alquiler de salones
con música  y con vajilla,
servicio de lunch completo,
mesas, manteles y sillas.


14.                MILAGRO DEL PAN Y DEL VINO

Jesús está en Galilea
en la ribera del mar,
todos se quieren curar
por eso van hacia él,
cuando preguntó Felipe:
¿Qué les daremos de comer?
6
- ¡Dos peces y cinco panes
es todo lo que gozamos!
- ¡Compartan con los hermanos!
Dijo Jesús, -sin desvelo-
y efectuó la bendición
con la mirada en el cielo.
12
Todos pudieron comer
esos panes y esos peces,
y comieron otras veces
porque ese pan, está visto,
que es milagro de la Fe.
¡Aquel alimento es Cristo!
18
Cuerpo, sangre y sacrificio
principal rito cristiano,
signo de la unión de hermanos
en el banquete divino,
representado en el pan
y en ceremonia del vino.
24

15.                VERSOS FINALES

Muchas recetas viajaron
desde Australia hasta Sudán,
o de Italia a Pakistán,
o hasta la misma China,
que al igual que en la Argentina
¡se sigue comiendo pan!
6
Han querido reemplazarlo
con galletas de centeno
pero aquí, el heno es heno,
lo mismo que en cualquier lado
y el pan siempre ha regresado
porque nunca fue veneno.
12
Cambian los tiempos, amigo
y hay que habituarse a ese cambio,
uno se va haciendo sabio
mientras se va haciendo viejo.
¡Que nunca te falte el pan!
Mi deseo y mi consejo.

18